Hoy ha sido uno de estos días en que las herramientas te recuerdan que las cosas tienen su límite: hoy era el día de Google Tag Manager.
Sí, en GTM tenemos limitaciones.
Más allá de las que conocemos -nombres de variables, longitud de cHTMLs, el dichoso ES5 o el número de contendores con las que batallamos todos los días-, hoy he llegado a 140 (no, no voy a viajar a 1985). Me refiero a 140 kb. Y es que 140 kb es el 70% del tamaño máximo permitido en GTM: 200 kb.
¿Y qué pasa entonces?
Cuando superamos el 70% del tamaño, GTM se encarga de avisarnos con una nueva columna en el histórico de versiones. Además, podremos ver el peso (en porcentaje) que hemos añadido a la última versión del contenedor.
Esto me ha encendido la bombilla sobre lo poco se aprovechan las funciones del gestor de etiquetas, y la importancia de invertir unos segundos al día en pro de nuestra salud y la de compañeros que vengan después.
No es nada raro ver contendores sin una estructura de etiquetas, notas sobre la funcionalidad de activadores, códigos javascript sin comentarios, etiquetas pausadas desde el Pleistoceno o incluso tags de Optimize presentes aún hoy en día (F por Optimize).
¿Cómo podemos hacerlo?
Utiliza una nomenclatura de tags.
Por ejemplo: STS – (para las de tipo analytics_storage), MKT – (para las de tipo ad_storage) o FUN – (para las funcionales).
Usemos las notas.
A veces implementamos códigos o activadores que son complejos. Una pequeña descripción nos evitará tener problemas en el futuro.
Títulos y release notes.
Detallemos los cambios realizados en cada versión publicada. Nos será útil cuando tengamos que volver atrás o analicemos si el cambio tuvo algún impacto.
Elimina tags pausadas o activadores obsoletos.
Si tenemos tags que no se utilizan, sobre todo de píxeles o scripts, así como activadores, lo mejor que podemos hacer es aligerar el contendor. Cada una cuenta.
Usa variables de constante para los píxeles.
Será más fácil cambiar un ID en una constante, que ir tag por tag cambiando el campo de ID.
Tener una herramienta organizada, estructurada y al día nos ayudará a ser mucho más ágiles y autónomos en la configuración o despliegue de un nuevo píxel -por no hablar de una configuración de Consent Mode-